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Wonder Ponder, Visual Philosophy for Children, is an imprint specialising in products for fun and engaging thinking. This website provides accompanying material to our Wonder Ponder boxes, including guides for children, parents and mediators, ideas for wonderpondering and fun games and activities. It is also a platform for sharing your very own Wonder Ponder content and ideas.

Blog

Juego-entrevista a Wonder Ponder

Ellen Duthie

Esta juego-entrevista a Wonder Ponder nos fue planteada en el lanzamiento del sello y presentación de nuestro primer título, Mundo Cruel, el 20 de noviembre de 2014, por Gustavo Puerta Leisse y Aitana Carrasco Inglés.

En la ocasión de la presentación de Wonder Ponder, fue el azar de un dado lo que determinó qué preguntas contestamos de las muchas que contiene la entrevista. Pero aquí hemos querido responder a todas, tranquilamente y con detenimiento.   

Queremos agradecerles sus preguntas, algunas crueles, como tenía que ser, otras más bondadosas, pero todas interesantes, para entender mejor qué hay y quienes estamos detrás de Wonder Ponder y de su serie de libros-juego de Filosofía visual para niños.

¡Allá vamos!

Nos encanta esta parodia de nuestra portada de Mundo cruel y nos hace pensar en una pregunta que directa o indirectamente hemos tenido que contestar más de una vez recientemente: ¿Pensar conduce al abismo? 

Nos encanta esta parodia de nuestra portada de Mundo cruel y nos hace pensar en una pregunta que directa o indirectamente hemos tenido que contestar más de una vez recientemente: ¿Pensar conduce al abismo? 

CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DEL PROYECTO WONDER PONDER

WP: Esta pregunta nos gusta, porque realmente creemos que éste es uno de los aspectos más interesantes de Wonder Ponder. En las bibliotecas, es probable que lo coloquen en la sección documental o de libro informativo de infantil. El problema con los términos "documental" o "informativo" es que en ninguno de los casos encaja el carácter interrogativo o indagatorio de Wonder Ponder. No informa y tampoco documenta nada, estrictamente. El término "No-ficción", que usan más los anglosajones, evita este problema, pero al mismo tiempo, en nuestro caso, no permitiría tener en cuenta el carácter ficcional de las escenas -breves relatos visuales- que sirven de trampolín para el diálogo filosófico.

¿Y si propusiéramos una nueva categoría: "libro de indagación"? No incluiría únicamente libros de filosofía de este tipo, sino cualquier libro de otra disciplina que partiera de un modelo de niño no depositario. Libros que no "dan" información (que evidentemente también los hay buenísimos) sino que abren el camino de la indagación propia. Este es un modelo de literatura infantil que nos interesa mucho a las tres integrantes de Wonder Ponder: libros en los que existe una relación de agencia entre el niño y el libro, literatura que celebra la acción y la experiencia frente a la recepción pasiva, y la capacidad de reflexión propia frente a la aceptación de la verdad dada. Los libros de Bruno Munari, Enzo Mari o Katsumi Komagata, por ejemplo, son fuentes de inspiración por su forma de concebir el libro como objeto transformable y transformador. 

WP: Un "juego educativo"  es una de las cosas que puede ser Wonder Ponder. Aunque nos gusta más la idea de que sea un "juego" a secas o incluso un "juego divertido". Puede usarse en un contexto educativo con fines educativos establecidos, pero también puede usarse en familia, de forma más relajada y sin nada en mente más que el disfrute de pensar juntos. 

WP: El concepto de "inteligencia emocional", al igual que otros, como "educación en valores", parece haber sido secuestrado por el mercado educativo.
Tal y como se configura la categoría de "inteligencia emocional" en este mercado, hay varios motivos por los que Wonder Ponder no encajaría en ella. 

La mayoría de los proyectos de inteligencia emocional -hay excepciones- parten de una serie de conclusiones a las que se desea llegar con el material, de un camino trazado previamente, de forma más o menos marcada, por el que el material guía al niño para llegar a la conclusión deseada. Es decir, tienen contenidos (valores, actitudes o formas de ver) específicos, que se desean transmitir, trasladar o producir en los niños. 

Wonder Ponder, no. Lo que interesa no es una conclusión determinada, sino abrir un proceso genuino de indagación. Wonder Ponder invita a preguntar y a cuestionar, a mirar desde todos los ángulos posibles y a desconfiar de las respuestas rápidas y fáciles, a detenerse y mirar, pensar y valorar antes de llegar a una conclusión. Y una vez que se llegue a una conclusión, sentirla como propia, pero también, como algo que no es necesariamente definitivo o cerrado. Es una invitación a vivir en el mundo y con el mundo de forma activa, en lugar de dejar que el mundo nos viva a nosotros.  

Dicho esto, ¿es posible que los niños que se acostumbren a pensar, analizar y cuestionar sobre determinadas cuestiones, como por ejemplo la crueldad, adquieran herramientas que le sirvan para reconocer estados y reacciones emocionales en sí mismos y en otros y que esto contribuya al desarrollo de su inteligencia emocional? Es posible. Quizás incluso probable. Pero Wonder Ponder no promete la felicidad, ni siquiera la madurez emocional.

WP: Aunque hemos respondido negativamente a la anterior pregunta, quisiéramos contestar de todos modos. Nos parece que esta pregunta viene de una percepción de que este material es "delicado" de alguna forma, que es algo emocionalmente complicado para los niños de abordar. En nuestra experiencia este no es el caso, aunque evidentemente podemos pensar en casos concretos donde un niño determinado esté siendo sometido a acoso, por ejemplo, donde al ver la escena del acoso en el patio, podrá verse reflejado a si mismo, adquiriendo en estos casos el diálogo una relevancia psicológica y personal. Sin embargo, no es muy distinto este caso a si lee un libro donde un personaje está siendo acosado. En la experiencia de Ellen, el uso de estas escenas o imágenes narrativas sirve para poner distancia entre nuestro caso concreto y el caso reflejado en la escena, ayudando primero a centrar el diálogo en el caso específico y luego a iniciar un proceso de abstracción del tema en cuestión, al igual que ocurre con los libro-álbumes cuando se usan como punto de partida para el diálogo.

La diferencia en niveles de inteligencia emocional es algo que nos afecta a todos en nuestras vidas todo el tiempo, tanto a niños y como a adultos. Es algo que nos vemos obligados a afrontar a diario. ¿Es más peligroso en el diálogo? No vemos por qué. Incluso, el simple acto de analizar y preguntar y mirar desde distintos puntos de vista al que te obligan permanentemente los libros-juego de Wonder Ponder en parte coincide con un comportamiento característico de la madurez emocional. Seguimos sin prometer nada, pero desde luego que daño no hará, ni al niño emocionalmente inmaduro, ni al adulto de la misma condición.

WP: Lo cierto es que el motivo por el que hemos ofrecido Wonder Ponder en inglés (Mundo cruel sale a la vez en inglés bajo el título Cruelty Bites), es para distribuirlo en el mercado de Reino Unido, por lo que parte de esta pregunta quizás no se aplique a nuestro caso.

Aún así, coincidimos en que en España hay una obsesión por el bilingüismo en las escuelas que a veces cuesta entender. Conocemos, por ejemplo, un colegio (público) donde pidieron asesoramiento para adquirir una biblioteca de literatura infantil en inglés. La partida que les habían concedido para ello no era nada despreciable. Cuando se les indicó que la biblioteca escolar del centro tenía mucha necesidad de renovar fondos en general (en español) dijeron que para eso no habían tenido partida desde hacía años. "Para compras en inglés, lo que queramos, pero para compras en español, ya es mucho más difícil". Esto, efectivamente no se entiende.

Pero por otra parte, en lo que a Wonder Ponder respecta, somos conscientes de las escasísimas oportunidades que tienen los niños y niñas en el sistema educativo actual de conversar, dialogar, de ser interlocutores reales, de responder a preguntas para las que no hay "la" respuesta correcta o buscada. Uno de los pocos espacios donde se da la conversación es en las clases de idioma, donde los profesores no solo tienen tiempo para plantear diálogos, sino que forma parte de los  contenidos específicos del currículo que deben cumplir. Si Wonder Ponder puede ser beneficioso en este contexto, ¿por qué no?


 ¿FILOSOFÍA PARA NIÑOS?

WP: Las ilustraciones emplean ejemplos concretos como punto de partida. Es siempre más fácil abstraer a partir de un ejemplo concreto que entrar de lleno en la abstracción. Esto es así tanto para niños como para adultos. Las preguntas al dorso de cada escena plantean cuestiones específicas sobre la escena concreta pero también cuestiones más abstractas y generales relacionadas con la escena.

Por otra parte, al ir en un contexto junta a otras 14 escenas, nunca es una concreción aislada sino relacionada. La percepción de las relaciones entre las escenas son el inicio del proceso de abstracción que da el alcance interesante a la reflexión que tengamos.  

WP: ¿Quién dijo que la filosofía sea seria? Incluso los filósofos "serios" se sirven con frecuencia de ejemplos cómicos o irónicos para ilustrar argumentos o para rebatir los de otros. No es nuevo el humor en la filosofía. Donde ciertamente es poco habitual el uso del humor es en el material educativo, especialmente en la educación en valores o en la inteligencia emocional que mencionábamos antes.

Para iniciar un diálogo filosófico una de las cosas más importantes es captar la atención, interesar, enganchar. El humor es una de las herramientas de las que no servimos para ello.

Por otra parte, ¿quién dijo que el humor no podía ser serio? Mediante el humor, se pueden plantear preguntas y posturas filosóficas interesantes que pueden parecernos risibles de entrada, pero que si las analizamos con más atención, nos resulta difícil explicar por qué nuestra postura es menos risible que aquella otra. 

WP: Miedo, no. Desde el principio, sabíamos que esto no era un producto para todos los públicos. Que hay padres y madres y profesores y abuelos que no piensan, por ejemplo, que la crueldad sea algo de lo que debamos estar hablando con nuestros hijos e hijas. Por eso empezamos con el tema de crueldad, también, para que no se confundiera con un proyecto de educación en valores donde todo es bonito. Aunque también queremos aclarar que tampoco es un proyecto donde vamos a hablar únicamente de temas "chungos". Las próximas cajas abordarán temas muy variados, de distintas esferas de la filosofía: el concepto de persona, la libertad, lo posible y lo imposible, la realidad, la imaginación y el sueño, y el sentido de la vida.  Tampoco nos gusta particularmente la idea de tener detractores. No es éste un proyecto para provocar. Es un proyecto para invitar a pensar. 

 WP: Creemos que hemos conseguido no hacer trampa. Todo surgió de una práctica real con niños, de un concepto probado con niños (¡y adultos!) y desde el principio supimos que era algo que tendríamos que hacer nosotras mismas. Sabíamos que si íbamos a editoriales el producto acabaría cambiando y sentiríamos, precisamente, que habíamos hecho trampa. Haciéndolo todo nosotras y funcionando entre nosotras como fuerzas de control y de corrección mutua y también de inspiración y animación mutua ha supuesto que hemos podido disfrutar de un proceso de creación muy libre. Hemos hecho exactamente lo que quisimos hacer. En este sentido, no ha habido trampa. 

WP: La única limitación, si queremos calificarla así, ha sido en la elección de escenas y de ejemplos, para asegurarnos de que los niños de la edad a partir de la cual va dirigida el libro-juego Mundo cruel de Wonder Ponder reconocieran lo que estaba pasando en la escena a la primera, sin necesidad de mediación. Hay ciertos tipos de crueldad, por ejemplo, que es improbable que un niño o una niña de ocho años haya visto/experimentado/conocido -ni siquiera de lejos. Digamos, entonces, que la principal limitación fue la condición de reconocibilidad. La otra condición, que venía dada por la propia definición del proyecto, fue que la escena no provocara una sola reacción clara, sino que contuviera la complejidad suficiente para provocar reacciones contradictorias en el lector. Esa fue nuestra "censura". No hubiera sido muy distinto si hubiéramos pensado específicamente en un público adulto. 

WP: Si hablamos de material filosófico, y de si hay un material filosófico más apto para niños y un material filosófico más apto para adultos, remitimos a la pregunta anterior sobre las posibles "limitaciones" de dirigirse a un público infantil.

El material que se usa como estímulo para el diálogo filosófico debe resultar cercano, comprensible y reconocible para los niños. El material dirigido a adultos podría incluir referencias a ejemplos, situaciones y realidades que para los niños no funcionarían porque sencillamente no cumplirían su función referencial, o bien podría estar escrito en un lenguaje que los niños de según qué edad no pudieran comprender, por lo que fracasarían como estímulo también. 

Lo que nosotros procuramos en Wonder Ponder es que no ocurra a la inversa. Queremos que los estímulos "hablen" tanto a niños como a adultos. Queremos representar con sencillez e inmediatez, pero lograr encapsular la complejidad necesaria para que se confronten opiniones y reacciones en cada uno de nosotros y entre nosotros cuando miramos una escena. En este sentido, hemos tratado de producir un material filosófico que invite a la reflexión y al diálogo y resulte disfrutable para todas las edades y no sólo a un determinado grupo de edad.


RIESGOS

WP: No. Para que tenga sentido leer y discutir Wonder Ponder es necesario querer jugar (querer pensar). Ni certezas dogmáticas ni "Síes" y "Noes", o "Porquesíes" y "Porquenoes" van a dar mucho juego. En el proyecto de filosofía en preescolar de Ellen, una de las primeras cosas que los niños y niñas entienden rápidamente (seguramente muy a pesar de algunos padres y madres) es que, en filosofía "porque sí" y "porque no" no valen.

Aunque se intentara responder con certezas dogmáticas, el juego pide justificación o al menos explicación de esas "certezas". Y eso ya puede ser el inicio del juego, del diálogo. Pero efectivamente, habrá personas a las que no le apetezca justificar ni explicar, jugar ni pensar. Entonces, Wonder Ponder no será para ellos. 

JUEGO PRESENTACION LAMINA 3, Q2.jpg

WP: No se trata de convencer, ni de imponer un punto de vista sobre otro. En las discusiones que suscita Wonder Ponder lo mejor es que el participante sienta que los puntos de vista de los demás entren en juego con los suyos, haciéndole cuestionarse, ver el asunto bajo otro prisma, aunque al final del camino pueda en algunos casos acabar reafirmando en lo básico su punto de vista original.  

Lo ideal cuando se juega a Wonder Ponder es que se tomen todas las ideas, se pongan sobre la mesa y se analicen entre todos. No se trata de puntos de vista que compiten entre sí, sino de ir construyendo nuestros puntos de vista alimentándose de los de los demás. La conclusión propia puede que no sea compartida por el resto, pero idealmente habrá sido alimentado y matizado por el resto de los puntos de vista y argumentos.  

WP: Con respecto a la primera mitad de la condición, "Si alguien considera Wonder Ponder como un material educativo para futuros líderes..", ojalá Wonder Ponder pudiera formar parte de la formación de los "líderes" de mañana en el marco de un sistema educativo que les permitiera desarrollar un pensamiento crítico, una independencia de juicio, una reflexión pausada y ordenada y una consciencia de la existencia de matices, tonalidades de gris y otras complejidades, junto con la capacidad para afrontarlos.  Pero en cuanto añadimos la segunda mitad de la condición, "que los prepara en el desarrollo de aquellas destrezas retóricas necesarias para vencer en la argumentación y rebatir los argumentos opuestos.." la cosa cambia. A diferencia del enfoque característico de un cierto tipo de debate basado en la confrontación, en el que hay dos puntos de vista contrapuestos a defender y el objetivo es que uno se imponga al otro, las cajas de Wonder Ponder instan al diálogo y a la deliberación. El diálogo no parte de posturas opuestas necesariamente. Claro que mediante el diálogo pueden desarrollarse destrezas retóricas además de argumentativas, incluso que te permitan rebatir argumentos opuestos, pero a diferencia del debate del tipo mencionado, el objetivo no es confrontar puntos de vista para vencer, sino más bien, como hemos dicho en la pregunta anterior, hacer aflorar puntos de vista, ver cómo encajan, cómo dejan de encajar, y ser conscientes del máximo número posible de piezas del puzzle. Las preguntas al dorso de las escenas están muy conscientemente no jerarquizadas ni dirigidas a fin de no centrar el diálogo en una defensa de una de dos posturas polarizadas, y evitar que se convierta en una partida de ping pong. El objetivo es más bien abrir el máximo número de posibilidades, ángulos y visiones para al menos ser conscientes de los ingredientes que debe contener una posible verdad. Contestando a la pregunta, creemos que alguien que busca un material que enseñe a vencer en la argumentación y rebatir argumentos, es probable que eligiera otro material donde las cuestiones a debatir se plantearan de forma más polarizada.      

WP: Que no haya una única respuesta o una respuesta correcta no quiere decir que cualquier respuesta valga. Que todo sea argumentable no quiere decir que todo sea concluíble. Creemos que la forma en que se plantean las preguntas y la relación de las preguntas entre sí consigue evitar la precipitación de una respuesta concluyente. Wonder Ponder invita a abrir posibilidades, no tanto a zanjar cuestiones. La respuesta está relacionada con la primera pregunta sobre el dogmatismo. Tanto el dogmatismo como el relativismo se centrarían en la respuesta. Wonder Ponder se centra especialmente en la pregunta. 

Invita a tener en cuenta la existencia del máximo número posible de piezas del puzzle o incógnitas, y a ser conscientes de que a veces podemos hacer encajar las piezas "más o menos", pero dejamos una o dos piezas fuera, que son difíciles de encajar. Y podemos cerrarlo, incluso nos puede quedar bien, pero sabemos cuáles son esas piezas de puzzle y sabemos que en algún momento tendremos que descomponerlo entero para tratar de volverlo a encajar. No es que cualquier respuesta pueda ser válida. Es que muy pocas son realmente candidatas a serlo. 

WP: De todos los posibles materiales al alcance de alguien que quiera convencer de certezas dogmáticas, ideológicas y religiosas, dudamos muchísimo de que los libros-juego de Wonder Ponder fueran su elección.

Resulta difícil, quizás imposible, jugar a Wonder Ponder sin cuestionar las certezas propias y las de los demás.  

JUEGO PRESENTACION LAMINA 3, Q6.jpg

WP: El juego está concebido para que los jugadores lo jueguen como les apetezca. Un diálogo entre niños sin guía adulto se diferenciará en varios sentidos de un diálogo guiado por un adulto con experiencia en la facilitación de este tipo de diálogo. ¿Será uno mejor que otro? Dependerá de nuestro objetivo, aunque no nos convence la palabra "mejor" aquí. Serán experiencias distintas. Un adulto con experiencia en la facilitación de este tipo de diálogo tendrá herramientas para detectar donde está la "chicha filosófica" y ordenar el diálogo para que sea más profundo y provechoso desde un punto de vista de la riqueza filosófica del diálogo. Pero un diálogo entre niños sin guía adulto puede resultar muy divertido y también muy interesante y con chicha. En cualquier caso, en caso de que haya un guía adulto, tenga o no experiencia, resulta fundamental que intervenga y juegue también. Y que no sea una impostura, sino que realmente indague con los niños. 

En cuanto al riesgo de que los niños den por válidas las opiniones de sus padres y maestros, efectivamente es necesario hacer un esfuerzo inicial para establecer una relación de indagación compartida y de duda compartida. Es tan fácil como mostrar las dudas reales que tengamos los adultos, que las tendremos. Enseguida se percibe una relajación, un agradecimiento por soplo de aire fresco y un empoderamiento también del niño o de la niña ante la posibilidad de indagar en igualdad o práctica igualdad de condiciones con el adulto. 

En cualquier caso, especialmente a ciertas edades, y teniendo en cuenta las pocas oportunidades reales de diálogo intergeneracional que existen en nuestra sociedad, puede resultar más liberador dialogar sobre ciertas cosas con personas con las que no se tiene una relación familiar o de autoridad de cualquier tipo. Esto describe a la perfección el taller soñado que Ellen lleva intentando organizar sin éxito desde hace un par de años ya. Una serie de sesiones de diálogo filosófico con un pequeño grupo de niños y niñas y un pequeño grupo de adultos sin relación entre sí. ¿Los temas? Nada típicamente intergeneracional. Que los asistentes no sean personas de determinada edad. Que sean simplemente personas. Y que hablemos sobre crueldad, sobre inteligencia artificial, sobre la naturaleza de las emociones, sobre la percepción cognitiva o sobre la libertad y el sentido de la vida. Pero ¿qué padres y qué madres apuntarían a sus hijos a un taller con adultos desconocidos? No está siendo fácil. ¡Pero lo conseguiremos!


WONDER PONDER EN TALLERES Y EN EL AULA

WP: El reto que nos hemos puesto con cada escena y con cada grupo de preguntas ha sido precisamente tratar de conducir lo menos posible en una determinada dirección el pensamiento de los jugadores. Hemos revisado el texto de cada pregunta y hemos prestado atención al resultado del conjunto de preguntas de cada escena para asegurarnos de que exista el máximo equilibrio posible. A veces una pregunta parecerá conducir a un lugar determinado. Pero la siguiente puede que te conduzca en la dirección absolutamente contraria. Siempre hemos procurado que las preguntas abran el máximo número posible de respuestas en lugar de ir cerrando para llegar a una respuesta determinada. Las sesiones con niños y adultos de todas las edades donde hemos podido probar el material también nos han ayudado a limar este aspecto. Algunas sesiones nos han hecho cambiar ligeramente la ilustración. Otras nos han hecho cambiar ligeramente la redacción de ciertas preguntas. 

En cuanto al papel del adulto mediador en el juego, en el caso de que lo haya, creemos que la forma en que está diseñado el material invita también al mediador a jugar. Lo interesante es que si realmente entra en el juego, el adulto no tendrá necesariamente muy claras cuáles son "sus propias ideas y opiniones" sobre muchas de las escenas y de las preguntas. Si realmente juega, el mediador se cuestionará también sus "verdades". Y es aquí, donde en nuestra experiencia, se produce un intercambio ricamente estimulante entre adulto y niños, donde los niños perciben la duda y la indagación genuina del adulto y se entienden a sí mismos como interlocutores igualmente válidos. 

WP: Lo cierto es que es raro que haya enfados entre los niños relacionados con el tema sobre el que se está dialogando en los talleres. El clima que se crea no es de competición, sino de colaboración en el análisis, en la definición del problema y en el planteamiento de posibles respuestas. Al retirar el énfasis en el acierto o en el fallo, en cuanto entienden que no es esa la dinámica, sino la de construir juntos, suele haber pocos roces en ese sentido. 

En ese sentido hemos advertido mucho más enfado e incluso agresividad en adultos que han mirado el contenido de la caja en un contexto informal (no en una sesión de diálogo filosófico). Algunos adultos (hemos tenido la suerte de toparnos con pocos hasta ahora) parecen tomarse personalmente las preguntas y nos miran violentados, como si dijeran: ¿cómo os atrevéis a hacerme pensar sobre estas cosas? ¿y quiénes creéis que sois para hacerlo? Algunos padres piensan que estamos juzgando cómo crían a sus hijos simplemente por plantear ciertas preguntas e invitar a la reflexión. En la escena donde un padre está obligando a su hijo a bañarse, una de las preguntas al dorso, efectivamente, plantea si los padres a veces pueden ser crueles con sus hijos. Pero también se plantea si los hijos pueden ser crueles con los padres. Y también se plantea si a veces es necesario ser cruel con alguien por su propio bien. Y también plantea indirectamente la pregunta de qué otras alternativas tendría un padre cuyo hijo estuviera muy sucio y no quisiera bañarse. Aun así, estos adultos sólo se quedan con el juicio que perciben que se está haciendo sobre su comportamiento. Pierden la ocasión de distanciarse un momento de sí mismos y de pararse a pensar.    

WP: ¿Es una pregunta trampa? Si se hubiera hecho trampas bien hechas no nos hubiéramos percatado. ¿Pero cómo serían las trampas? ¿Decir lo contrario de lo que uno piensa en realidad? Incluso diciendo algo que no se piensa de verdad, se puede jugar con los libros-juego Wonder Ponder, y se lo podría pasar uno muy bien.

En realidad, el concepto "trampas" tiene sentido si se puede ganar, pero realmente en Wonder Ponder no hay ganador, sino o bien un lector entretenido o bien un grupo que acaba con la sensación de haber construido (o quizás destruido para luego poder empezar a reconstruir) algo entre todos. Pongámonos cursis: en Wonder Ponder, ganan todos. Por eso las trampas dejan de tener sentido.   

WP: Como hemos dicho antes, en nuestra respuesta a la pregunta sobre si hemos tratado de conducir el pensamiento de los jugadores, hemos retocado las ilustraciones (algunas han desaparecido por completo), reformulado las preguntas y hecho pequeños cambios de todo tipo a raíz de la observación de las reacciones de niños y adultos ante las escenas o las preguntas. A veces por cuestión de que la interpretación de la imagen no era tan clara como pensábamos. 

Para el proyecto era esencial que las imágenes se entendieran a la primera, sin intervención del mediador y que provocaran preguntas acerca de los mismos en las personas que las miran. A veces un pequeño detalle lo cambia todo. Un pequeño cambio en la boca de un personaje puede hacerle pasar de parecer preocupado a parecer enojado. Esto siempre es importante en ilustración, pero en este proyecto donde la ilustración tiene tanto peso interpretativo, era esencial. A veces no se transmitía del todo la intención de algún personaje y un cambio de composición lo dejaba más claro. 

Uno de los cambios más interesantes se dio precisamente en la escena que hemos mencionado antes del padre obligando al niño a bañarse. La escena original era de un "malo de película" tratando de ahogar a un gato. ero cuando lo vieron los niños y explicaron lo que veían, a ellos les parecía que lo que estaba pasando era que el señor estaba obligando al gato a bañarse porque estaba sucio. La interpretación estaba muy alejada de la intención original, pero al pensarlo vimos que la escena que nos sugerían los niños, de obligar a alguien a hacer algo así, era mucho más sugerente y compleja e interesante que la original, y además, mucho más cercana a la posible experiencia de los niños. Así que fue de una imagen a otra: 

Haber podido disfrutar del tiempo necesario para que el proyecto se desarrollara y se enriqueciera y mejorara con las aportaciones de los niños y los adultos que lo han ido viendo y usando ha sido una de las principales ventajas de haber optado por el modelo editorial con el que finalmente hemos configurado el proyecto. 

WP: Depende de lo que llamemos respuesta. Si os referís al tipo de respuesta que se pueda apuntar en una hoja de soluciones, la respuesta a vuestra pregunta es no.

Pero las preguntas de Wonder Ponder todas tienen otro tipo de respuesta. A veces, quizás sea otra pregunta o un silencio que te hace pensar en algo que has dicho inmediatamente antes.

En pocos casos tienen una respuesta fácil; y en pocos casos tienen respuestas que no requieran de justificación adicional para poder siquiera plantearnos la posibilidad de zanjar la cuestión. Pero todas tienen respuesta, sí. En eso reside la gracia del juego, en buscarlas o construirlas.  


¿WONDER PONDER ES CONTAGIOSO?

WP: Esto, más que una pregunta, es el mejor piropo que nos han hecho hasta la fecha. ¡Wonder Ponder es contagioso! ¡Lo es! ¡Y adictivo! ¡También!

Efectivamente, uno de los comentarios que más recibimos de personas que lo han comprado para tenerlo en casa es cómo los tentáculos de Wonder Ponder van extendiéndose por toda la casa, hasta salir de ella, visitar a los abuelos, a los primos y a los amigos y profes del colegio. El disfrute de jugar al Wonder Ponder no se limita al momento exacto cuando se juega con los contenidos de la caja. Se extiende en el espacio y tiempo. Es un juego, sí, pero la relación con el juego puede ser intensa en el sentido en que te hace pensar de verdad. El pensamiento, si ocurre de verdad, transforma. Y cuando algo te transforma, te ves impulsado a compartirlo. Nos encanta pensar en Wonder Ponder como algo que cobra vida más allá de la caja y también como algo que nos hace sentir vivos con respecto a nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos. Sería difícil expresar mejor que en estas cuatro viñetas uno de los efectos que más nos interesaba provocar cuando ideamos Wonder Ponder. Creemos que cualquier material "para niños" debe ser siempre también un material "para todos". ¡El contagio es fundamental!


Cuantas más preguntas contestamos, más preguntas se nos ocurren que querríamos contestar. Hay varias que quizás se hayan quedado en el tintero, pero lo que proponemos es ir contestándolas en entradas en nuestro blog. Compartimos algunas ideas en forma de apuntes para próximas entradas en nuestro blog: 

  • ¿Pensar deprime?  
  • "Trabajar temas" frente a "disfrutar pensando". 
  • ¿Por qué habríamos de hablar sobre la crueldad con los niños? 
  • Comenzar con la crueldad: una declaración de intenciones. 
  • ¿Wonder Ponder es para niños con "problemas"? 
  • En el caso de que se use Wonder Ponder con un adulto como mediador, ¿es necesario que el adulto tenga formación específica para abordar temas filosóficos? 
  • ¿Juego casero o material pedagógico?
  • ¿Por qué descartasteis la opción del crowdfunding?
  • ¿Por qué una caja?
  • ¿Cualquier tema sería apropiado para una caja Wonder Ponder o hay algunos temas demasiado delicados para tratarlos con niños en un formato de juego? 

 ¡Atentos al blog, pues!

Queremos agradecer a Gustavo Puerta y a Aitana Carrasco por este regalo-entrevista  que según ellos estaba repleta de preguntas crueles. Pero nosotras preguntamos: ¿se puede ser cruel y generoso al mismo tiempo? Ha sido un regalo generoso, muy entregado y muy divertido. Hemos disfrutado de lo lindo contestando a todas sus preguntas y nos han ayudado a elaborar un discurso completo y coherente (o eso esperamos). ¡Ahora ya estamos listas para cualquier pregunta! ¡Disparen! ¡Disparen! Pueden hacerlo aquí: info@wonderponderonline.com. 

Todas las ilustraciones de este post son de Aitana Carrasco Inglés.

¡Papá Noel necesita ayuda (filosófica)!

Ellen Duthie

Papa Noel anda preocupado por su sobrepeso. ¿Le ayudas a pensar en maneras en las que podría demostrar su existencia estas navidades que no conlleven comerse todas las galletas y beberse toda la leche que le dejan los niños y niñas de todo el mundo? ¿Se podría comer las zanahorias del reno en lugar de las galletas? ¿Dejar más huellas? ¿Tomarse un selfie mientras entrega los regalos en los salones de todas las casas que visite? ¿Demostrarían realmente su existencia estas cosas? ¿Por qué? ¿Por qué no?  

¡El equipo de Wonder Ponder os desea unas navidades muy felices, placenteras y repletas de wonderpondereos interesantes

Crítica de Mundo cruel en El País (Babelia), 13.12.2014

Ellen Duthie

El PAÍS. BABELIA. 13.12.2014.
ESPECIAL LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL / Crítica

¿Matar hormigas es cruel?
Un libro-caja indaga, mediante el juego y preguntas inofensivas, en torno a la crueldad

Mundo cruel
Ellen Duthie & Daniela Martagón. Wonder Ponder. Madrid, 2014. 17,05 euros.
Por Nuria Barrios

La crueldad es un tema habitual de la literatura infantil: niños abandonados, lobos hambrientos, padres violentos, madrastras sanguinarias, hermanos celosos… Es normal: nacemos, vivimos, gozamos y sufrimos en un mundo cruel y los niños ven el mundo como es, y lo entienden igual que nosotros lo entendemos: es decir, no mucho. Pero en la oscuridad brillan las pequeñas luces, y una filósofa, una ilustradora y una editora acaban de lanzar su propuesta para hablar sobre la crueldad, jugando. Se llama Mundo cruel y funciona como una modernísima caja de Pandora, repleta de preguntas diminutas e inofensivas: ¿matar hormigas te parece cruel? ¿Es cruel obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer? (como bañarse). ¿Debería permitirse a los extraterrestres tener a humanos en jaulas? ¿Qué te haría sentir más culpable, matar a  un perro o a un caracol por accidente? Si el cazador matara a Blancanieves, ¿quién sería responsable de su muerte? ¿El cazador o la reina?... Preguntas que provocan reflexiones nada inocentes: ¿hay vidas que valen más que otras? ¿Tiene sentido castigar la crueldad con más crueldad? ¿Matar forma parte de la vida? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo? ¿Hay veces en las que ser cruel puede resultar divertido? ¿Son a veces necesarios los castigos? ¿Cómo decidimos lo que es aceptable y o que no es aceptable como castigo? …

"Abre, mira, piensa”, dice un lateral de la caja que contiene Mundo cruel. Falta añadir, pues está presente desde la propia presentación: “¡juega!” La narración sale de su formato, se abre, fragmenta y fluye, creando una nueva y apasionante secuencia narrativa. En 14 láminas se dibuja una cartografía de la crueldad a partir de escenas cotidianas en la vida de un niño; es decir, en la vida de todos nosotros. Como si fuesen las cartas de una baraja, cada lámina ilustra una escena y por detrás, en bocadillos negros como en los cómics y tebeos, plantea varias preguntas. Situaciones frecuentes, como dejar al perro solo en casa durante todo el día, dan pie a cuestiones muy sencillas que contienen temas muy complejos: ¿es cruel hacer vivir a un perro grande en un apartamento? Llamamos a las personas que tienen mascotas sus “dueños”, ¿pueden ser dueñas unas personas de otras?, ¿los padres son dueños de sus hijos?...

Como si fuese un libro de páginas sueltas, las catorce láminas se pueden ordenar como cada cual desee. La caja contiene además tres láminas preparadas para que el lector cree sus propias escenas de Mundo cruel. Hay otra lámina en la que se propone al lector, entre otras cosas, convertirse en “reportero de la crueldad” y entrevistar a la abuela, al carnicero o a la novia del hermano para saber, por ejemplo, si piensan que la crueldad puede estar justificada. Y se incluye de regalo un cartel fantástico y extraordinario, que parece un moderno guiño a El jardín de las delicias, de El Bosco. La fantasía, decía Sendak, es el núcleo de toda la escritura para niños, de cualquier acto creativo, quizás del acto de vivir.

Las autoras de Mundo cruel, la filósofa, la ilustradora y la editora, lo llaman “filosofía visual para niños (y no tan niños)”. Este es el primer título de una colección a la que han bautizado con un nombre inglés, Wonder Ponder, que contiene los dos conceptos básicos del proyecto: asombrarse y reflexionar. Y, por supuesto, jugar. Las tres conciben el libro como un objeto transformable y transformador. Si Mundo cruel resulta tan impactante y divertido, si combina tan sabiamente lo lúdico y el horror, si se mueve con tanta facilidad de un ámbito a otro, es porque sus autoras miran el mundo desde los ojos de los niños.

Ellen Duthie, Daniela Martagón y Raquel Martínez eligieron el 20 de noviembre, Día Mundial de la Filosofía, para publicar Mundo cruel en español y en inglés: Cruelty Bites. Le seguirán otros títulos sobre la identidad personal y las diferencias entre personas y robots, sobre lo posible y lo imposible, sobre la libertad; sobre la realidad, la imaginación y el sueño, y sobre la felicidad y el sentido de la vida. 

Relato del lanzamiento de Wonder Ponder y presentación de "Mundo cruel" el pasado 20 de noviembre

Ellen Duthie

El pasado 20 de noviembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Filosofía, celebramos el lanzamiento de Wonder Ponder, el nuevo sello especializado en Filosofía visual para niños, con la presentación de su primer título, Mundo cruel. 

Banner-invitación del lanzamiento de Wonder Ponder/presentación de Mundo cruel

Banner-invitación del lanzamiento de Wonder Ponder/presentación de Mundo cruel

Fue en la librería Tipos Infames de Madrid y fueron muchas las personas que se acercaron a compartir este día tan especial con nosotras. 

Algunos de los asistentes a la presentación. Otros cuantos se tuvieron que quedar arriba.

Algunos de los asistentes a la presentación. Otros cuantos se tuvieron que quedar arriba.

Asistimos las tres integrantes de Wonder Ponder (la autora del concepto y los textos Ellen Duthie, la co-autora e ilustradora Daniela Martagón y la editora Raquel Martínez Uña) y dos presentadores de lujo, el profesor y crítico literario especializado en literatura infantil Gustavo Puerta Leisse y la autora e ilustradora Aitana Carrasco Inglés, que nos hicieron entender lo importante que es elegir bien a los presentadores. Sabíamos que le pondrían cariño y empeño pero no podíamos prever hasta qué punto. 

Wonderponderianas y presentadores intercalados: de izquierda a derecha: Raquel Martínez Uña, la editora de WP, el presentador Gustavo Puerta Leisse, la autora de los textos y del concepto de WP Ellen Duthie, la presentadora Aitana Carrasco Inglés y …

Wonderponderianas y presentadores intercalados: de izquierda a derecha: Raquel Martínez Uña, la editora de WP, el presentador Gustavo Puerta Leisse, la autora de los textos y del concepto de WP Ellen Duthie, la presentadora Aitana Carrasco Inglés y la coautora e ilustradora de WP, Daniela Martagón. En primer plano, vemos la cabeza de un niño que resultó ser fundamental: el hijo de Ellen Duthie y tirador del dado del juego presentación, Iain.

La presentación comenzó con un breve relato de los orígenes del proyecto de Wonder Ponder. La autora del concepto y de los textos, Ellen Duthie, contó cómo hace algo más de un año estaba preparando una sesión de Filosofía en el colegio público donde tiene el proyecto Filosofía a la de tres, de filosofía en preescolar. En esta ocasión quería abordar el tema de la crueldad. Suele usar libro álbumes como disparadores para el diálogo, pero por mucho que buscó, no encontró nada que le permitiera tratar la crueldad de forma que cubriese todo el espectro que ella quería. Ella lo que quería era conseguir que los chicos y chicas de la clase pensaran en la crueldad de forma que fueran construyendo una definición. ¿Qué es cruel y qué no es tan cruel? ¿Pueden ser crueles los animales, o solo las personas? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo?

"¡Qué pena!", le dijo Ellen a Daniela una tarde noche, a punto de tomarse un vino, "que se me dé tan mal dibujar". (Ella jura que no buscaba que Daniela le ofreciera ningún favor). "Qué pena, porque no hago más que pensar que la única forma de abordar la crueldad sería mostrar a los niños una serie de escenas de crueldad que representen distintos ángulos, perspectivas y tipos de crueldad y tener un diálogo sobre ellas, cada una de ellas individualmente, pero también de todas en su conjunto."

En este punto, Daniela continuó con el relato. "Tan pronto como Ellen mencionó “escenas de crueldad”, mi mente empezó a dar vueltas. Como ilustradora, empecé a visualizar lo que me proponía Ellen y las posibilidades y los retos que veía me parecieron emocionantes. Así que me ofrecí a ayudarle. Esa noche, Ellen me envió 11 escenas de crueldad tamo ella las imaginaba y el tipo de preguntas que le interesaba que la escena provocase. Me quedé toda la noche dibujando. La sesión de filosofía de Ellen era al día siguiente al mediodía. Quedamos para desayunar, recuerdo que fue en Valor, y había conseguido hacerlas todas. Me sentía emocionada, mareada… y muy cansada. Cuando Ellen las vio, alzó la vista, nos miramos y, creo que fue al unísono que dijimos: "TENEMOS QUE HACER ALGO CON ESTO."

"La sesión sobre la crueldad fue muy bien y desde entonces seguimos trabajando el concepto y el enfoque, que pronto empezamos a llamar “filosofía visual para niños” y que ahora se ha convertido no solo en un proyecto educativo, con talleres para niños y padres, profesores y otros mediadores, sino también un proyecto de editorial, gracias a la incorporación de Raquel Martínez Uña, una editora entusiasta y valiente, y también una amiga."

Y fue Raquel la que concluyó el relato antes de dar paso a los presentadores. "Cuando Ellen nos enseñó las primeras escenas que Daniela había creado con ella para los niños de su clase, pensé que había algo, que ahí no solo tenían una excelente forma de plantear la filosofía con niños en un aula, sino que podía trasladarse a un soporte que llegara a muchos otros niños. Me encantó y me emocionó. Ahí tomamos la decisión de que íbamos a editarlo y que la única forma que sentía sentido era hacerlo nosotras. Buscando formatos y maneras que aunque no fueran las tradicionales se adecuaran a la idea que teníamos. Por eso la encuadernación de este libro es una caja. Por eso las preguntas de detrás de las escenas aparecen en todas las direcciones, y por eso hemos empezado con un tema como el de la crueldad."

Y tras esta breve introducción, ¡empezó el juego!

Gustavo Puerta advirtió que la presentación se dividiría en dos partes: una breve y elogiosa y otra más larga y "cruel". 

La elogiosa lo fue y también generosa. Habló de Wonder Ponder como un soplo de aire fresco en un mercado conservador con una oferta homogénea, donde prima una concepción estereotipada de la infancia. Habló también de la relación no autoritaria que planteaba la propuesta, de lo interactivo, tanto en la creación como en la lectura, y de lo contagioso que resultaba Wonder Ponder.

Pero efectivamente fue breve y dio paso a lo bueno.

Aquí es donde empezamos a advertir que hubiera sido difícil elegir a dos presentadores mejores. 

¿Preparados?

¿Listos?

Aquí va...

Portada de Juego-Presentación de "Mundo cruel" especialmente realizado por Gustavo Puerta Leisse y Aitana Carrasco Inglés para el lanzamiento del sello editorial Wonder Ponder y la presentación de su primer título, Mundo cruel. ¿No es absolutamente …

Portada de Juego-Presentación de "Mundo cruel" especialmente realizado por Gustavo Puerta Leisse y Aitana Carrasco Inglés para el lanzamiento del sello editorial Wonder Ponder y la presentación de su primer título, Mundo cruel. ¿No es absolutamente genial el estilo "a la Daniela Martagón" de Aitana Carrasco? Nos hizo especial gracia esta imagen porque precisamente una de las preguntas más habituales con las que nos topamos en el proceso de diseño y preparación de Mundo cruel ha sido si los niños realmente "pueden" con este tipo de reflexión sobre la crueldad, y si no hay ciertas reflexiones que les hacen sentir desprotegidos, abismados, a punto de caer al vacío. [Responderemos a esta cuestión en siguientes posts].

Resulta que los presentadores nos habían preparado un regalo impresionante. Un juego-presentación-entrevista en la forma de una fantástica versión paródica de nuestro Mundo cruel, ideada para preguntar sobre el proyecto. 

La portada que vemos arriba, una variación de la nuestra de Mundo cruel con la escena familiar de la sopa de gato, muestra a tres chicas -¿somos nosotras?-  hipnotizadas por sus cajas Wonder Ponder, a punto de caer en un agujero negro.   

Tras las risas, pensábamos que ahí quedaba la sorpresa, pero no. Los presentadores se habían pasado noches en vela (los dos, pero lo de Aitana debío de ser maratoniano) y se habían marcado una serie de 5 escenas completas, con preguntas al dorso sobre Wonder Ponder. Cada escena representa un bloque temático de preguntas o posibles problemas con Wonder Ponder.

Y arrancamos con la primera escena, sobre la

DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DEL PROYECTO WONDER PONDER

Los presentadores sacaron un dado, nombraron a Iain, el hijo de Ellen, tirador oficial del dado del Juego-Presentación de Mundo cruel. Y empezó el juego.

Primer lanzamiento de dado: ¡un 3!

JUEGO-PRESENTACIÓN (JP): ¿Es Wonder Ponder un proyecto de inteligencia emocional? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?

WONDER PONDER (WP): El concepto de "inteligencia emocional", al igual que otros, como "educación en valores" parece haber sido secuestrado por el mercado educativo. Tal y como se configura la categoría de "inteligencia emocional" en este mercado, hay varios motivos por los que Wonder Ponder no encajaría en ella.

La mayoría de los proyectos de inteligencia emocional -hay excepciones- parten de una serie de conclusiones a las que se desea llegar con el material, de un camino trazado previamente, de forma más o menos marcada, por el que el material guía al niño para llegar a la conclusión deseada. Es decir, tienen contenidos (valores, actitudes o formas de ver) específicos, que se desean transmitir, trasladar o producir en los niños.

Wonder Ponder, no. Lo que interesa no es una conclusión determinada, sino abrir un proceso genuino de indagación. Wonder Ponder invita a preguntar y a cuestionar, a mirar desde todos los ángulos posibles y a desconfiar de las respuestas rápidas y fáciles, a detenerse y mirar, pensar y valorar antes de llegar a una conclusión. Y una vez que se llegue a una conclusión, sentirla como propia, pero también, como algo que no es necesariamente definitivo o cerrado. Es una invitación a vivir en el mundo y con el mundo de forma activa, en lugar de dejar que el mundo nos viva a nosotros.  

Dicho esto, ¿es posible que los niños que se acostumbren a pensar y analizar y cuestionar sobre determinadas cuestiones, como por ejemplo la crueldad, adquieran herramientas que le sirvan para reconocer estados y reacciones emocionales en sí mismos y en otros y que esto contribuya al desarrollo de su inteligencia emocional? Es posible. Quizás incluso probable. Pero Wonder Ponder no promete la felicidad, ni siquiera la madurez emocional.

Otra tirada de dado. ¡Un 4!

JP: Con esta obsesión que hay en España por el bilingüismo en las escuelas, ¿no es contraproducente ofrecer Wonder Ponder en inglés?

WP: Lo cierto es que el motivo por el que hemos ofrecido Wonder Ponder en inglés (Mundo cruel sale a la vez en inglés bajo el título Cruelty Bites), es para distribuirlo en el mercado de Reino Unido, por lo que parte de esta pregunta quizás no se aplique a nuestro caso.

Aún así, coincidimos en que en España hay una obsesión por el bilingüismo en las escuelas que a veces cuesta entender. Recuerdo mi sorpresa (habla Ellen) cuando el colegio (público) de mi hijo me pidió asesoramiento para adquirir una biblioteca de literatura infantil en inglés. La partida que les habían concedido para ello no era nada despreciable. Cuando les indiqué que la biblioteca escolar del centro tenía mucha necesidad de renovar fondos en general (en español) me dijeron que para eso no habían tenido partida desde hacía años. "Para compras en inglés, lo que queramos, pero para compras en español, ya es mucho más difícil". Esto, efectivamente no se entiende.

Pero por otra parte, en lo que a Wonder Ponder respecta, somos conscientes de las escasísimas oportunidades que tienen los niños y niñas en el sistema educativo actual de conversar, dialogar, de ser interlocutores reales, de responder a preguntas para las que no hay "la" respuesta correcta o buscada. Uno de los pocos espacios donde se da la conversación es en las clases de idioma, donde los profesores no solo tienen tiempo para plantear diálogos, sino que forma parte de los  contenidos específicos del currículo que deben cumplir. Si Wonder Ponder puede ser útil en este contexto, ¿por qué no? 

Cambio de escena. Pasamos a hablar de la

¿FILOSÓFÍA PARA NIÑOS?

Y de los

RIESGOS DEL PROYECTO DE WONDER PONDER

Luego hablamos un poco de

WONDER PONDER EN TALLERES Y EN EL AULA

Por último, nos hicimos la pregunta:

¿WONDER PONDER ES CONTAGIOSO?

El acto de presentación acabó compartiendo unos vinos, un poco de rico queso y otro poco de rica cecina con los asistentes. Disfrutamos comentando y respondiendo a las preguntas de los asistentes, planteadas ya más informalmente, firmando algún que otro ejemplar de Mundo cruel y compartiendo nuestra ilusión con los muchos amigos y amigas que nos quisieron acompañar.

Si quieres leer las respuestas a todas las preguntas planteadas en la fantástica y jugosa entrevista ilustrada que nos han regalado, puedes hacerlo aquí.

Todas las ilustaciones de este post son de Aitana Carrasco Inglés, y forman parte del Juego-Presentación de Mundo cruel que preparó, junto al co-presentador Gustavo Puerta Leisse, para la ocasión.

Las respuestas a las preguntas que se incluyen en el post han sido redactadas después de la presentación, con más tiempo para pensar y contestar, por lo que no se corresponden palabra por palabra con lo que dijimos en la presentación, aunque en esencia son las mismas.

Ahora en serio: Que levante la mano quien no hubiera matado a Blancanieves

Ellen Duthie

Escena sobre crueldad y (des)obediencia a la autoridad, incluida en la primera caja de Filosofía visual para niños, Mundo cruel. Ilustración de Daniela Martagón.

Escena sobre crueldad y (des)obediencia a la autoridad, incluida en la primera caja de Filosofía visual para niños, Mundo cruel. Ilustración de Daniela Martagón.

Muchos ejemplos de crueldad espantosa, tanto los ocurridos a lo largo de la historia como los que están ocurriendo mientras lees esto, son el resultado de un grupo de personas que consideraríamos bastante "normales" obedeciendo órdenes de una o varias personas a las que consideraríamos "malas".

Otros ejemplos de crueldad espantosa son el resultado de un orden de acontecimientos menos claro, en el que una persona o un grupo de personas adopta o continua con un determinado "modo de hacer las cosas" (haciendo ciertas cosas y no haciendo otras), que lleva a una crueldad espantosa ejecutada como parte de "lo que se hace" y en la que a veces ni siquiera se para uno a pensar.

Una variante de esta última situación es el caso, por ejemplo, en el que se es cruel con alguien como consecuencia de un esfuerzo por encajar o adaptarse a las presiones externas de "lo que hacen todos los demás". Si todos mis amigos en el colegio piensan que María es X, Y y Z y la tratan de forma cruel, es fácil dejarse llevar por la inercia de la situación y participar de forma más o menos activa en la crueldad, o quizás simplemente como observadores (¿puede que la observación sea más activa de lo nos gusta a veces pensar?).

¿Por qué parece ser que nuestro sentido de la obediencia es a veces más fuerte que nuestro sentido del deber de comportarnos de forma decente con los demás?

¿Cuándo debemos desobedecer o ignorar a la autoridad?

¿Existen situaciones en las que no somos libres de desobedecer?

¿Qué es lo que hay que tener para desobedecer a la autoridad cuando hace falta?

¿Somos responsables de los actos de crueldad que cometemos bajo la orden de otro -sea una persona o una institución-? ¿O es la persona o institución que da la orden la única responsable de la crueldad?

¿El miedo por nuestra propia seguridad justifica ser cruel con otra persona? ¿Matar a Blancanieves sería "comprensible", dadas las posibles consecuencias para el cazador a manos de la reina?

¿Con qué frecuencia son realmente ciertas las siguientes afirmaciones?
"No me quedaba otra. Tuve que hacerlo."
"Yo por mi cuenta no puedo cambiar el funcionamiento de las cosas."
"Si defiendo a María, todos van a empezar a ser crueles conmigo también."


Incluso en las ocasiones en las que puedan ser ciertas, ¿constituirían una justificación razonable de nuestra crueldad?

Una de las preguntas más interesantes sobre la crueldad para la filosofía -y para la psicología- es cómo es posible que personas perfectamente "normales" ("normales" en una escala de crueldad percibida) sean capaces de comportarse de formas extraordinariamente crueles por un deseo de complacer a la autoridad o de encajar. Nuestra necesidad de obedecer y de acoplarnos a las situaciones puede ser más potente que nuestra necesidad de evitar ser crueles con otros.

La primera caja de Filosofía visual para niños de Wonder Ponder, Mundo Cruel, invita a hacerse estas preguntas y muchas otras sobre distintos aspectos y perspectivas de la crueldad, proporcionando un "mapa visual de la crueldad" para niños (¡y adultos!) que pretende servir como base para el desarrollo de un "mapa filosófico de la crueldad" propio.

Texto de Ellen Duthie, ilustración de Daniela Martagón. 
(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de lobo S.L.).

¿Quién se atreve a no adoctrinar?

Ellen Duthie

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, que saldrá a la venta el 20 de noviembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Filosofia, pretende proporcionar un mapa visual de la crueldad a partir del cual los lectores puedan ir formándose su propio mapa filosófico de la crueldad. ¿Qué cosas pertenecen a la categoría de crueldad y qué cosas pertenecen a una categoría distinta? ¿Cómo definimos crueldad? ¿Qué elementos es necesario tener en cuenta para evaluar la crueldad de una acción? ¿Es un fenómeno exclusivamente humano?

Las pocas imágenes de Mundo cruel que hemos ido mostrando en las redes sociales, sin ninguna selección consciente, han resultado ser escenas que suscitan preguntas acerca de la crueldad animal en alguna de sus variantes. Y nos han interesado algunos de los comentarios que hemos recibido, que se han referido al proyecto como “ecologista” “pro-derechos de los animales”, “de concienciación vegetariana” o incluso “pro-vegano”.

El motivo por el que nos han resultado interesantes estos comentarios es porque parecen asumir que todo el material para niños, incluso el que se enmarca a sí mismo dentro de la categoría de “filosofía para niños”, tendría la intención de inculcar determinadas ideas o valores en ellos. En un contexto en el que incluso los que están en contra del adoctrinamiento imperante, acaban proponiendo lo que suele convertirse en un adoctrinamiento alternativo, parece difícil de concebir una posición no adoctrinadora. Pero Wonder Ponder pretende precisamente eso. 

De las catorce escenas que contiene la caja Mundo cruel (más otras dos en blanco con las que el lector puede contribuir al proyecto, ideando e ilustrando sus propias escenas de crueldad), unas seis representan imágenes de crueldad animal de algún tipo.

Está la escena de la familia sentada a la mesa a punto de servirse una rica sopa de gato y la escena de una niña matando una hormiga con cierto deleite. Hay una escena de un niño enjaulado, al lado de animales varios también en jaulas, mientras un alienígena se zampa un helado y se dispone a visitar el zoo. Hay también una escena de realidad invertida donde una rata grande y científica estudia a un niño postrado sobre una camilla.

Para un proyecto que pretende presentar una suerte de mapa de la crueldad, podrá decirse que seis de catorce escenas dedicadas a cuestiones animales son muchas, sí, pero el caso es que dentro del fenómeno de la crueldad, la variante de la crueldad animal es una de las más frecuentes y filosóficamente interesantes que hay. La crueldad animal plantea preguntas sobre nuestras definiciones de “persona”, de “responsabilidad”, y también sobre el derecho de las personas sobre las vidas de las no-personas, entre otras muchas más.   

Pero la caja también contiene otras escenas en las que los animales no son protagonistas. Por ejemplo, la escena de un padre que obliga a su niño a bañarse mientras éste grita y patalea. “Cuanto antes dejes de patalear, antes terminamos”, le dice el padre al niño mientras su hermano espera aterrado al fondo del cuarto de baño. ¿Existe la crueldad “por nuestro propio bien”?

Zoom de la escena de un padre bañando a su hijo. 

También hay escenas que representan acciones de crueldad realizadas bajo mandato, por obediencia a la autoridad. ¿Cómo afecta nuestra valoración de una acción de crueldad el que haya sido mandada por una autoridad o que se le haya ocurrido al agresor solito?

Hay escenas de castigo que suscitan preguntas sobre la posible justificación o no de la crueldad. ¿Puede justificarse alguna vez?

Hay una escena de crueldad en un patio de colegio que plantea preguntas sobre la responsabilidad de todos los actores, también de los que observan: 

Zoom de la escena de crueldad de patio. 

Muchas de las escenas contienen también acciones secundarias, paralelas a la principal, que plantean más cuestiones o añaden complejidad a la cuestión principal. En total, son muchas las preguntas filosóficas sobre la crueldad que puede suscitar la caja. 

Las cajas Wonder Ponder buscar suscitar preguntas y diálogos sobre las posibles resuestas a esas preguntas, sin intención de dirigir el diálogo a ninguna postura determinada. La caja Mundo cruel no es ecologista, no es pro-vegetariana ni noi pro-derechos de los animales. Sí es cierto que, entre otras muchas preguntas, susctia algunas que pueden llevar a reflexiones sobre nuestros hábitos de comer carne de animales, sobre la existencia de zoos, sobre la importancia (o no) de la vida de una hormiga. Pero lo que buscan las cajas es suscitar preguntas genuinas en el lector, que tratará de responder a ellas y de argumentar su respuesta de la forma que mejor le parezca en base a su reflexión. 

Otro comentario que hemos recibido ha sido que parece un material perfecto para la “educación en valores”. Pero… “¿no hay respuestas?”, han añadido enseguida, algo sorprendidos. “Esto va a poner muy nerviosos a los padres o profesores”.

No, la caja no viene con respuestas. (Sí viene con un mapa visual filosófico de la crueldad que puede servir de guía para niños, familias, profesores y mediadores).

Tampoco partimos de ningún concepto, idea, opinión ni valor que deseemos inculcar en los niños lectores de nuestra caja Mundo cruel.

No tenemos un punto de llegada al que deban dirigirse los lectores.

Sí ofrecemos un punto de partida de observación, de indagación y de cuestionamiento real de nuestro mundo, nuestra vida, nuestros hábitos y nuestras actitudes.

Sí ofrecemos una pequeña sacudida a la inercia de nuestras razones por las que hacemos las cosas.

Pero no tenemos contenidos que insertar en el lector ni valores concretos y “correctos” que transmitirles.

Nos interesa mucho más la profundidad, la complejidad y la autenticidad de los valores y posturas cuando son el resultado de un proceso de reflexión libre sin censura en lugar de un proceso de adoctrinamiento, imposición o suave influencia en la dirección "adecuada".  

En caso de que haya mediador (nuestras cajas están hechas para que los niños las lean y miren y piensen a solas o en compañía), solo le pedimos una cosa: que se atreva a no adoctrinar. ¿Y eso cómo se hace? Pensamos que mediante un acompañamiento genuino en el proceso de la indagación. Las preguntas que propone Mundo cruel no sabemos cómo contestarlas la gran mayoría de los adultos y aquellos que sí pensamos que las sabemos contestar es muy probable que nos beneficiáramos de una reflexión sobre nuestras razones y justificaciones. 

Wonder Ponder presenta la filosofía como un juego que dificulta premeditadamente el adoctrinamiento. Mediadores, jueguen ustedes también y atrévanse a no adoctrinar. 

 

Texto de Ellen Duthie, ilustraciones de Daniela Martagón. 
(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

Un niño de 5 años explica por qué le parece más cruel matar a un perro que a una hormiga

Ellen Duthie

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, salió al mercado el pasado mes de noviembre con una edad recomendada de a partir de ocho años.

Sin embargo, el concepto de Filosofía visual para niños y los primeros materiales que hicimos surgieron en el seno de Filosofía a la de tres, un proyecto de filosofía con niños de preescolar que realiza la autora de Wonder Ponder Ellen Duthie en un colegio público de Madrid. 

Los primeros materiales que hizo la autora junto con la ilustradora Daniela Martagón fueron precisamente los proto-materiales de la primera caja Mundo cruel y se testaron con niños de cuatro años (¡alguno tenía tres!).

A continuación, ofrecemos una transcripción, traducida, de un breve diálogo mantenido entre una madre y su hijo de cinco años sobre una de las escenas de nuestra caja, en la que una niña aparece matando una hormiga con un lápiz.

Madre: ¿Qué está haciendo la niña?  

Niño: Está matando una hormiga con un lápiz puntiagudo. 

Madre: ¿Te parece cruel? 

Niño: Sí, porque es una manera muy bruta. Así: "cha cha cha". 

Madre: ¿Por qué te parece bruta la manera de matar a la hormiga? 

Niño: Porque la niña tiene la cara un poco bruta. Está poniendo cara de mala. 

Madre: ¿Tú has matado alguna vez una hormiga? 

Niño: Sí, pero no de esa manera bruta, bruta. 

Madre: ¿Cómo la has matado tú? 

Niño: Pues con el dedo, o con el pie, sin querer.

Madre: ¿Nunca queriendo? 

Niño: Sí, una vez maté una hormiga queriendo con el dedo, pero era un poco sin querer también. Le puse el dedo encima para ver qué pasaba y la maté. No pensaba que fuera tan fácil matarla. Estaba muy blanda, yo creía que eran más duras.  

Madre: ¿Y fuiste cruel? 

Niño: Creo que un poco, sí. 

Madre: ¿Te acuerdas que la semana pasada descubrimos un pequeño hormiguero en la terraza de la cocina? ¿Y que lo "limpiamos"? Matamos a muchas hormigas. ¿Te pareció cruel?

Niño: Bueno, un poco, porque se murieron, pero creo que no es igual que la niña. Tú las mataste para proteger nuestra comida. Pero la niña es muy mala. Está matando a la hormiga como riéndose, para divertirse.  

Madre: ¿Y te parece más cruel matar por diversión que matar por necesidad -o porque se piensa que se tiene necesidad-? 

Niño: Sí, porque matar por diversión no sirve para nada, solo para divertirte con algo que en realidad no es muy divertido. Pero matar para proteger la comida o si te pica un bicho, para que no te pique más, eso es diferente. 

Madre: ¿Y si, por ejemplo, viviéramos en el campo y viniera un perro a tratar de robarnos la comida? ¿Estaría justificado matarlo? 

Niño: ¿Un perro? ¡No! Si viniera un perro, llamamos a su dueño. Y reñimos al dueño, porque no sabe controlar a su perro, como cuando hacen caca en la calle y no lo recogen o cuando los dejan sueltos en parques y asustan a los niños. 

Madre: ¿Y si no tuviera dueño, si fuera un poco salvaje? 

Niño: (breve pausa) ¡Ah! Ya sé. ¡Podríamos llamar a una perrera! 

Madre: ¿Por qué te parece diferente matar un perro y matar una hormiga? 

Niño: El perro es muy grande. Matarlo sería demasiado cruel. 

Madre: ¿Es por el tamaño, entonces? ¿Cuanto más grande más cruel matarlo?

Niño: Sí, matar a los animales grandes es muy cruel. 

Madre: ¿Entonces te parece peor matar un elefante que un caniche?

Niño: Mmmmm. No. No, las dos cosas son crueles. 

Madre: Pero te parece más cruel matar un caniche que una hormiga. 

Niño: Sí.   

Madre: ¿Y por qué crees que te parece más cruel? 

Niño: Pues un perro... es más parecido a una persona. 

Madre: ¿En qué se parece más a una persona? 

Niño: En los ojos. A un perro, si le miras a los ojos, parece que te habla. Con una hormiga, no pasa eso.

Madre: ¿Crees que los perros son más inteligentes que las hormigas? 

Niño: Sí, mucho más inteligentes. Por eso. 

Madre: ¿Entonces no es tanto cuestión de tamaño como de inteligencia? 

Niño: Bueno, las dos cosas. Porque si un elefante tuviera una inteligencia de mosquito, también sería cruel matarlo. 

Madre: ¿Crees que la hormiga sufre? 

Niño: No lo sé. 

Madre: ¿Crees que la hormiga tiene miedo?

Niño: No lo sé tampoco, pero creo que sí. 

Madre: ¿Por qué lo crees? 

Niño: Porque si pones un dedo cerca de una hormiga, sale corriendo. Sabe que hay un peligro.

Madre: ¿Crees que la niña merece un castigo? 

Niño: Sí. 

Madre: ¿Qué castigo crees que sería apropiado? 

Niño: Que todas las hormigas fueran y le mordieran. 

Madre: Y si es en un colegio, ¿el profesor debería ponerle un castigo? 

Niño: Sí. 

Madre: ¿Y cuál sería el castigo que tú le pondrías si fueras el profesor? 

Niño: Decirle a las hormigas que muerdan a la niña. 

Madre: ¿Eso te parecería lo más justo? 

Niño: Sí, es el castigo que se merece. "Si tú matas a mi amiga, te muerdo a ti. ¡Mala!"

Madre: Si tú te encontraras a una niña o a un niño haciendo lo que está haciendo la niña, ¿qué harías?

Niño: Le diría: "¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡Que los lápices son para dibujar! ¡No para matar!"

Madre: ¿Te ha gustado mirar esto y hablar conmigo? 

Niño: Sí, pero ahora te quiero preguntar yo...

Madre: Adelante. 

Niño: ¿Y a tí? ¿Te parece cruel la niña? ¿Por qué? 

[y continuó la conversación...]

(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

¡Las abuelas habían comido gato! Crónica de la presentación de Wonder Ponder en Ilustratour

Ellen Duthie

ZooM de la escena "Sopa de gato" de Mundo cruel.

El pasado 8 de julio, la ilustradora Daniela Martagón presentó por primera vez al públicao el proyecto de "filosofía visual para niños" Wonder Ponder. La presentación tuvo lugar en la Casa de José Zorrilla de Valladolid en el marco del Festival Internacional de Ilustración Ilustratour.

Presentación de Wonder Ponder en Ilustratour, Valladolid. Julio 2014. En la imagen proyectada al fondo, un león sostiene una cabra en su mandíbula mientras sus cachorros esperan hambrientos. ¿Son crueles los animales?

Entre los asistentes, muchos ilustradores, algún editor y, para la sorpresa inicial de Daniela, un pequeño grupo de adolescentes y un encantador grupo de abuelas con sus nietos y nietas que habían entendido que se trataba de una actividad infantil. Tras los nervios iniciales y hacer una rápida recomposición mental de la situación, comenzó la presentación. 

Siempre hemos observado que la mejor forma de explicar y "vender" nuestro proyecto es que se vea en acción y eso es lo que ocurrió mágica y espontáneamente en Valladolid el día de la presentación. 
Nos lo cuenta en detalle la propia Daniela: 

Ya estaba algo nerviosa, pero al ver a ese público tan auténticamente variopinto, conformado por niños y abuelas locales, ilustradores de diversos orígenes y también curiosos, me puse más nerviosa aún, porque yo me había preparado más bien para una charla-entrevista "muy profesional" pensada para ilustradores y quizá algún librero o editor. 

Ante el temor de ahuyentar innecesariamente a aquellos que creían que venían a una "actividad de niños", respiré hondo y decidí lanzarme, entrando de lleno con nuestra sopa de gato, la escena de portada para Mundo cruel, la primera caja de Wonder Ponder que se publicará a finales de este año.

Daniela llevó tarjetas especialmente diseñadas para la presentación, con nuestra escena de "sopa de gato", con muchas preguntas desde todos los ángulos posibles por detrás. 

Tras repartir las copias de esta escena, no tardaron en surgir los murmullos y las risitas entre el público, y para mí, como por arte de magia, desapareció la tensión. 

Entonces pregunté "¿qué está pasando en la imagen?" Tímidamente, aunque con los ojos bien abiertos, empezaron algunos a responder: "¡Esas personas se están comiendo a un gato!" Y yo pregunté, "¿Alguien aquí ha comido sopa de gato alguna vez?" "¡Nooooooo!", fue la respuesta al unísono. "¿Por qué no?", pregunté. "Es asqueroso", contestó un niño. "Pero ¿cómo lo sabes? ¿lo has probado?", pregunté.

"Yo sí", dijo desenfadadamente una abuela de la tercera fila. "Y estaba bueno" 

El público leyendo con atención la escena y las preguntas intrigantes al dorso.


La respuesta nos tomó por sorpresa a muchos. "Era la guerra y pasábamos hambre", agregó. Otra de las abuelas tomó la palabra: "Es verdad, muchas veces nos decían que era un guiso de conejo u otra cosa, pero quién sabe cuántas veces no habremos comido gatos realmente". 

Así, lo que unos momentos antes parecía unánimemente descartado dio paso a nuevas preguntas. Si el gato está bueno, ¿por qué no lo comemos habitualmente? ¿Por qué nos parece cruel matar a algunos animales y a otros no? ¿Qué no comeríamos nunca nunca? "Insectos", dijo alguien. Yo les conté que en algunos lugares de México los chapulines (saltamontes) se tuestan y se comen, y los gusanos de maguey son un platillo muy elegante. "A mi me parece que están ricos." Muchos hicieron cara de asco, pero no les pareció que estuviera mal hacerlo. 

"¿Y comer humanos?", pregunté. "¡No!" "¿Nunca?" Nos quedamos pensando y recordamos las historias de personas que sufren accidentes en lugares aislados y se ven en condiciones extremas, sin manera de conseguir alimentos. "En ese caso es diferente, porque se trata de sobrevivir" dijo una niña. Nos pareció una buena respuesta y muchos estuvimos de acuerdo en que dependiendo de la situación las cosas cambian. 

Sin embargo no siempre matamos por necesidad. A veces no tiene nada que ver con eso. "¿Quieren ver otra escena?" "¡Sí!" Pusimos entonces en pantalla a nuestra niña mata hormigas. 

Daniela fue valiente y reconoció haber matado alguna que otra hormiga en su vida.  

Yo pregunté si alguien en la sala había matado hormigas como la niña. Extrañamente ningún niño dijo nada, pero todos los adultos levantamos la mano y nos reímos un poco. Un niño dijo que nunca había que matar hormigas. Alguien dijo que si se metían a la alacena sí. Otro niño dijo que las hormigas no servían para nada. Un hombre contestó que los osos hormigueros sí que las necesitaban para comer. Aunque no recordamos que hubieran osos hormigueros en Valladolid. 

¿Podemos matar aquello que nos parece que no sirve para nada? Muchos dijeron que no. Y sin embargo sí que lo hacemos muchas veces. ¿Por qué?  

Para poder hablar un poco sobre  el origen de Wonder Ponder, pregunté a continuación "¿Qué es la filosofía?" Nadie dijo ni mú. "¿Alguien en esta sala ha oído la palabra filosofía antes?" Silencio "¿Tal vez entre los adultos alguno cursó la asignatura en la escuela?" El público seguía callado. Al parecer la palabra filosofía intimida un poco. Así que yo compartí parte de lo que para mí significa la filosofía: hacerse preguntas, investigar por qué pensamos lo que pensamos, y compararlo con lo que piensan otras personas o han pensado en otros tiempos. 

Después pregunté a los demás si les parecía bien lo que habíamos hecho esa tarde, si creían que las preguntas filosóficas servían para algo. Muchos dijeron que sí: "para compartir", dijeron unos, "para pensar mejor", dijeron otros, "para conocernos", añadió alguien más. Pregunté a los niños si les había parecido demasiado difícil hacerse estas preguntas. "No", contestaron. Les conté que desde que empezamos el proyecto, muchas personas opinaban que no se podían dar esos materiales a los niños sin poner las repuestas, y que lo tenían que ver con los adultos, porque solos se podrían asustar o traumatizar. 

Les pregunté a los niños si habían sentido miedo al ver las imágenes. Todos dijeron que no. "¿Si se encontraran con esta caja en casa creen que verían la caja solos?" Una niña dijo que si era propiedad de alguien más no lo abriría. "¿Y si fuera tuya?" pregunté. "Ah, entonces sí", contestó. ¿Por qué asusta a los adultos que los niños se hagan estas preguntas, si a los niños no les asusta? 

Uno de los niños se animó a acercarse al frente para ver mejor la caja de Mundo Cruel, y se la llevó un rato para verla en su silla.

Este niño estaba curioso por mirar, tocar y leer el contenido de la caja de Mundo cruel.  
En la pantalla, al fondo, un boceto muy preliminar para una posible cubierta de Wonder Ponder magazine.  

¿Quieren ver más cosas? Como todos seguían atentos, puse la presentación que había preparado originalmente.

Conté a todos cómo Ellen Duthie, Raquel Martínez Uña y yo habíamos dado con el nombre de Wonder Ponder y cómo fuimos pensando en la idea de las cajas. También les mostré cómo a partir de una serie de preguntas sobre la crueldad, se proponía una ilustración, y todos los cambios que esta sufría antes de llegar a la versión final. 

Vimos algunas escenas más de Mundo Cruel, a los personajes y las mascotas de Wonder Ponder y con eso terminamos la noche. 

Algunos de los participantes generosamente nos dejaron en notitas sus comentarios y propuestas para temas de lo que les gustaría que habláramos en otras cajas.

La única nota en inglés, arriba a la derecha, dice: "Me inquieta que la inteligencia de los animales se mida siempre en función de su obediencia a sus dueños. Lo mismo ocurre con alumnos y profesores. ¿Qué piensan? 

Fue un encuentro muy ameno y cerramos el evento con un vinito en el tranquilo jardín de Casa Zorrilla, con la noche ya fresca. 

La Casa de José Zorrilla fue el espectacular lugar donde se celebró la presentación. Espectacular por dentro y por fuera.  

Queremos agradecer tanto a los colegas y amigos que asistieron, como a todos los demás invitados, y en especial al equipo de Ilustratour, a quien agradecemos mucho habernos invitado y acompañado. Lo hemos pasado bomba y nos ha encantado la oportunidad de compartir el Mundo Cruel con unos asistentes tan diferentes y participativos. ¡Yo he aprendido mucho de esta ocasión!

(c) Wonder Ponder (Un sello de Traje de Lobo, S.L.).

¿Podemos ser crueles con nosotros mismos?

Ellen Duthie

Una de las escenas de Mundo Cruel, la primera caja de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños. es sobre la crueldad hacia uno mismo. Plantea preguntas como: 

  • ¿Alguna vez te has hecho daño a ti mismo o te has reñido por algo que has hecho? ¿Recuerdas por qué? ¿Crees que fuiste cruel contigo mismo? 

  • ¿Crees que cuando alguien se hace daño a sí mismo, deberíamos detenerle? 

  • ¿Podemos ser crueles con nosotros mismos? Si crees que sí, ¿quién es la víctima y quién el agresor?  

  • ¿Te parece que deberíamos castigarnos a nosotros mismos cuando hacemos algo que creemos que está mal? 

Estos son algunos de los bocetos que hizo la ilustradora Daniela Martagón, tratando de dar con la mejor representación de la crueldad con uno mismo para incluir en la caja de Mundo Cruel de Wonder Ponder. 

Boceto de Daniela Martagón. Estudio preliminar para Mundo Cruel de Wonder Ponder.  

Y tras mucho meditar, cambiar y probar, esta es la versión final: 

 

Mundo cruel, la primera caja de Wonder Ponder se publicó el 20 de noviembre de 2014, Día Mundial de la Filosofía. La segunda caja, Yo persona, sobre personas y robots, se publicará en mayo de 2015. Iremos informando de novedades y curiosidades por aquí. 

(c) Wonder Ponder. (Un sello de Traje de Lobo S.L.)

 

Un boceto del proceso creativo

Ellen Duthie

El proceso creativo detrás de las cajas de Wonder Ponder, Filosofía visual para niños, es tan fascinante como gratificante. Una filósofa, una ilustradora y una editora trabajando juntas, nutriéndonos entre sí con sugerencias y sintiendo por fin la emoción de dar con la solución justa.

Cada caja comienza con una descripción por parte de la filósofa a la ilustradora de todas las escenas que se pretende proporcionen un mapa de una cuestión filosófica concreta. A veces se dan muchos detalles y se ve la escena de forma muy específica desde el principio; otras, se parece más a una lista del tipo de pregunta que se quiere que la escena provoque.

Y luego vienen muchos bocetos, mucho trabajo en la composición de la escena, mucho trabajo en los personajes, mucho para aquí y para allá, y muchas sugerencias y muchos matices, con frecuencia filosóficamente enriquecedores, añadidos por la ilustradora.

Y entonces se sientan la filósofa, la ilustradora y la editora y lo miran de la forma más crítica posible, antes de mostrárselo a niños y dárselo a probar a profesores y retocarlo, rectificar o variar en función de la reacción e interpretación observadas, para asegurarnos de que realmente cautiven e interesen y ofrezcan la suficiente complejidad y variedad de perspectivas como para que se dé un diálogo vivo y estimulante.

Y luego está el texto... pero en este post nos centramos en el desarrollo de la imagen. Estamos trabajando ahora en la segunda caja, Yo, persona, que saldrá en primavera.  Y estamos viviendo momentos similares a los que vivimos con Mundo cruel con la definición, por ejemplo, del personaje del extraterrestre en la escena del zoo. 

Aquí está la versión final: 


¿Pero veis este alienígena-ciempiés?

alienígena-ciempies

 

Estuvo a punto a punto de llevarse el papel, pero finalmente ganó el otro. 

¿Veis todos estos otros bocetos de alienígenas, y la composición ligeramente distinta de la escena, con el tigre de espaldas?


La eterna pregunta de cuántos ojos son demasiados y cuántos se quedan cortos. Y el tigre... pensamos que esa mirada de reojo no tenía nada que hacer frente a esos ojos profundos y tristes de la versión final.

Y como veis aquí, costó dar con la postura del niño en la jaula del zoo.

bocetos_niño_en_zoo

¡Qué bien nos lo pasamos!

La primera caja de Wonder Ponder, Mundo cruel, se lanza en noviembre de 2014 y la segunda, Yo persona, en mayo de 2015. Iremos informando de novedades y curiosidades por aquí.

(c) Wonder Ponder. (Un sello de Traje de lobo S.L.).